4 de octubre de 2012
Mis manos eran fuertes, pero mis rodillas eran demasiado débiles como para quedarme en tus brazos sin caer a tus pies
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario